martes, 7 de mayo de 2024

"Al ritmo de la noche" con María Conchita Alonso

María Conchita Alonso

El éxito de la telenovela venezolana "Alejandra" en las sobremesas de La Primera en 1994 sumado a los trabajos que su protagonista, María Conchita Alonso, había realizado en los últimos años en Hollywood (como "Depredador II" o "Perseguido" junto a Schwarzenegger) hizo remover las células grises de los jefazos de Prado del Rey. Tras mucho estrujarse las meninges invitaron a la actriz a venirse a promocionar la serie a España y, de paso, le ofrecieron un programa espectáculo en el que podría demostrar sus dotes como show-woman. Dicho y hecho, María Conchita se vino a Madrid, fue entrevistada en distintos programas y grabó el "piloto" del programa con el título "Al ritmo de la noche". 

El añorado Constantino Romero en uno de los sketches de presentación con María Conchita

Se calificó de "especial" cuando se anunció su emisión y se emitió el 30 de septiembre de 1994. Contó con la colaboración de algunas de las grandes figuras de TVE en el momento: Constantino Romero, Joaquín Prat, Àngel Casas y Ramoncín colaboraron en la presentación. Además de varios sketches en los que la propia María Conchita se autoparodiaba, ¡cantaba! Uno de los guionistas era Boris Izaguirre que, precisamente, había trabajado a finales de los ochenta con Delia Fiallo, la creadora de la telenovela protagonizada por María Conhita. 

El Consorcio en el decorado de "Al ritmo de la noche"

El realizador fue el siempre eficaz Jordi Solanas que en la temporada siguiente se encargaría de "Zona franca", música para el público joven. Por supuesto en un programa en prime time de la época (22.30 h) no podía faltar la música y allí estaban Miguel Bosé, Carlos Vives, Armando Manzanero y El Consorcio (que lo estaba petando con su primer trabajo discográfico "Lo que nunca muere", como contábamos en el post anterior). 

Prat, Ramoncín, María Conchita, Casas y Romero en el número final con la inevitable tuna. 

Uno de los grandes platós de los (desgraciadamente) desaparecidos Estudios Buñuel  sirvió de escenario, convenientemente atrezado para que no pareciera un remedo de otros musicales de la temporada (aunque lo fuera). Esta prueba que no fue más allá y en la prensa María Conchita mostró su desconcierto por la falta de continuidad a pesar de lo pactado previamente. "Al ritmo de la noche" no tuvo una mala audiencia... pero tampoco tan buena como para pensar en una serie completa. No obstante, fue repetido en la tarde del 7 de enero del año siguiente. 

lunes, 29 de abril de 2024

"Luar", El Consorcio y un estreno internacional en TVG

Viernes noche en Galicia es sinónimo de "Luar". Aunque inicialmente este musical comenzó un miércoles, el 30 de septiembre de 1992, la dura competencia que suponía "¿Quién sabe dónde?" desde La Primera de TVE llevó a un cambio de día que fue el gran acierto de la Televisión de Galicia y contribuyó al asentamiento de un mito popular. De este mítico programa que sigue en antena hemos hablado ya aquí pero hoy toca hacerlo de nuevo porque esta noche se cumplirán exactamente 30 años de una jornada histórica para el propio espacio... y también para la música de este país. 

Aquella noche del viernes 29 de abril de 1994 una nueva formación musical aparecía ante el público, El Consorcio.  Amaya, Estíbaliz e Iñaki Uranga, Sergio Blanco y Carlos Zubiaga habían sido miembros de Mocedades pero se habían separado del grupo hacía años. Amaya e Iñaki habían tenido su propia carrera en solitario y el matrimonio Sergio y Estíbaliz se habían independizado y como dúo acudieron a Eurovisión en 1975, siguiendo el camino del conjunto vocal madre. La idea de reunirse con este nuevo nombre partió de la cantautora y productora Rosa León (a la que muchos niños recordamos poniendo su dulce voz a las canciones de María Elena Walsh). Desde hacía tiempo quería homenajear a las canciones que sonaban en la radio entre los años 30 y 50, incluidos los "jingles" de marcas como el DDT Chas que todo el mundo coreaba en esas décadas y se sabía al dedillo. 

El caso es que El Consorcio grabó el disco "Lo que nunca muere" y lo presentó públicamente en una fiesta para amigos y prensa la noche del 28 de abril. Al día siguiente "Luar" conseguiría una exclusiva sorprendente: ser el primer programa de televisión en todo el país que recibiría al grupo. En definitiva, la audiencia gallega tendría el honor en ver en directo el estreno de estos excelentes cantantes rindiendo tributo a una música que, efectivamente, seguía viva. 

El disco llegaría a las tiendas en mayo así que imagínense la sorpresa del público al escuchar "El cha-ca-chá del tren" con esas voces impresionantes, una canción prácticamente olvidada que, inesperadamente, se convertiría en el gran éxito de aquel verano. El Consorcio recuperó para las nuevas generaciones este y otros temas como "Cachito mío", "Trigales verdes" o "Mirando al mar". Varias de ellas las interpretaron en directo, sólo con el acompañamiento a la guitarra de Carlos, junto al presentador del programa, Xosé Ramón Gayoso, que en los 70 había tenido una breve carrera musical en el dúo Keltia con su amigo Álvaro Somoso. 

En aquellas primeras temporadas del programa era habitual que Gayoso cantara con los artistas del programa, incluso con algunos internaciones como Gilbert Bécaud, un auténtico ídolo para él. Esa primera noche la fiesta finalizó con el inevitable "Apaga o candil", todo un himno que entonaban los artistas invitados. En este caso los vascos compartieron escenario con, , entre otros, Los del Río y con varias formaciones folklóricas gallegas. 

El Consorcio volvería a "Luar" en decenas de ocasiones. Se había establecido una relación especial con el programa después de aquel estreno nacional (bueno, en realidad, internacional) de su primer disco. Entre todas ellas me quedo con su actuación del 29 de marzo de 1996 cuando iniciaron el programa a bordo de las cámaras del travelling situado entre el público en la sala Dona Dana (en Touro, a las afueras de Santiago) donde se realizaba en directo el programa en las primeras temporadas (el plató 1000 de CTV en Teo es su ubicación desde hace ya un tiempo). 

El codirector y realizador Manuel Abad iba pinchando alternativamente las dos cámaras para luego darnos una visión general con la grúa mientras el presentador (y codirector) y los cantantes se dirigían al escenario donde una banda municipal ponía la música en directo. Otra fantasía "luareira" que se ha quedado en mi retina para siempre. 

martes, 23 de abril de 2024

Tengo un libro en las manos

El catedrático Luis de Sosa

"Tengo un libro en las manos" es la historia de cómo un catedrático de Teoría Política de la Universidad de Madrid vio en la prototelevisión una excelente oportunidad para divulgar a las masas. Aquella idea de un hombre tan serio, en apariencia (y muy bien visto por el Régimen), dio pie al que podemos considerar como primer programa cultural seriado y de largo recorrido de nuestra televisión. El profesor e investigador había mostrado su interés por aquel medio incipiente desde el principio y, de hecho, llegó a ofrecer varias conferencias sobre las enormes posibilidades que ofrecía para llevar a una población casi analfabeta conocimientos a los que, de otra manera, no podría acceder. 

"Tengo un libro en las manos" se realizaba en directo desde los estudios del Paseo de la Habana

Es fácil encontrar en varias fuentes que su período de emisión abarcó de 1959 a 1966 pero tengo mis dudas al respecto. También se suele asegurar que adaptaba fragmentos de libros nacionales o extranjeros, tal y como parecía indicar el título del programa. En realidad cada emisión trataba sobre un personaje histórico de importancia (si además podía ser "ejemplar" para las ideas falangistas, mejor que mejor) mezclando la charla del propio Luis de Sosa con la escenificación de capítulos de su vida. 

Los actores habituales de TVE se iban rotando para encarnar a personajes históricos en este programa

En febrero de 1961 el propio director y presentador nos aclaraba el origen del espacio y también su formato que fue evolucionando hasta convertirse en un éxito, así lo contaba a la revista "Tele Radio": "Cuando inicié este programa, hace tres años, la idea que me animó a ello fue muy elemental. Entonces pretendía dar, periódicamente, una charla sobre la vida y obra de algunos personajes de verdadero relieve histórico, religioso o artístico, ilustrándola con la algunas pinceladas escénicas. Pero enseguida me di cuenta de que la televisión requiere un lenguaje distinto al que yo creía cuando tan sólo la conocía como espectador y, por ello, inmediatamente, empecé a dar mayor importancia a las escenificaciones teatrales, sacrificando para ello minutos a mis charlas. En síntesis, mi proposición siempre es que los espectadores encuentren la máxima claridad en temas de gran importancia y también el que puedan ver un programa de interés en el campo artístico". 

Luis de Sosa leyendo la introducción del programa mientras la cámara enfoca unas láminas para ilustrar el tema. Al fondo vemos a los actores prevenidos para entrar en acción cuando el regidor lo indique. 

Aparentemente el propio Don Luis se encargaba de la dirección, el guión, la revisión de decorados, la caracterización y elección de los actores (dentro del cuadro habitual de TVE entonces), la selección musical además de la presentación en directo cada semana del espacio. Por cierto que, aunque no existe ninguna grabación, parece ser que era un gran comunicador que contagiaba su entusiasmo por la historia. "Durante dos días me dedico a pensar en el personaje (...) busco libros que me den detalles precisos y de interés dramático para la escenificación de cinco o seis episodios fundamentales de su vida" contaba De Sosa en el citado reportaje. Teniendo en cuenta que también dirigía el espacio diario "Universidad TV" no sé de dónde sacaba tiempo para sus propias clases en la Universidad. El realizador habitual era Alfredo Castellón y los decorados eran responsabilidad de Bernardo Ballester. 

Paco Morán y una actriz no identificada en "El hombre que vivió de cero" sobre Napoleón Bonaparte, que interpretaría José Calvo, en abril de 1961.

Lo cierto es que "Tengo un libro en las manos" fue un programa innovador que unía la cultura con el "teleteatro" (como se decía entonces) y que alcanzó relevancia en su época, incluso obtuvo el premio Ondas en 1960. He encontrado datos de su emisión hasta 1965 pero no más allá. A lo largo de los años fue cambiando de día pero siempre se mantuvo en un horario estelar, habitualmente las 22 h. Parece ser que este divulgativo/dramático finalizó, como "Universidad TV", cuando su creador y máximo responsable enfermó, una dolencia que no se aclara en la prensa de la época pero que fue larga. Luis de Sosa falleció en 1971 y, posiblemente, fue el divulgador más reconocible por la audiencia televisiva de los primeros años. 

miércoles, 27 de marzo de 2024

Las Chicas de Oro y Àngel Casas

Àngel Casas posa junto a Rue MacClanahan antes de la entrevista en "Tal cual" en 1994

En la temporada 1993/94 Àngel Casas había regresado a TVE con un talk show para La 2, "Tal cual". Aunque tenía cosas en común con el exitoso "Un día es un día" que se había emitido en La Primera entre julio de 1990 y enero de 1991 (tras un paso previo por el Circuito Catalán de TVE) también había unas cuantas diferencias, la más importante: el presupuesto. A pesar de las limitaciones, el equipo de producción se las apañaba para llevar cada semana (o quizás quincenalmente) a una estrella internacional (o, al menos, alguien extranjero de interés para el espectador). El 25 de marzo de 1994 esa visitante especial fue Rue MacClanahan, la Blanche Deveraux de la comedia "Las chicas de oro". Casas la presentó como "la más coqueta, la más sensual, la más excitante y la más conquistadora" de la serie. La actriz había interpretado durante siete años el personaje de esta ficción que todavía estaba emitiéndose en La Primera, si bien ya había terminado y Rue acababa de liberarse de Blanche tras el fallido spin-off  "El hotel de oro". La intérprete era conocedora de su éxito en nuestro país porque tres años antes había rodado una película en Madrid y Cádiz y había recibido el cariño del público, no sólo de hombres tal y como sospechaba Casas. Aquella noche, en los estudios de Sant Cugat, habló de sus nueve años en Broadway pero también de su tiempo como camarera en Pasadena (California) durante cinco años. Destacó su etapa en un restaurante en el que, además de servir platos, tenía que cantar y bailar, cada día se dedicaba a un país (incluido España según aseguró) y como coreógrafa se encargaba de organizar a las otras chicas para bailar flamenco si era preciso. 
 
Casas tenía especial interés en cómo funcionaba una sitcom, Rue explicó que es necesario tener a unos doce o trece guionistas "muy hechos" a la comedia, que fueran rápidos y con ideas originales. La grabación de cada capítulo era de una semana pero, puntualmente, se hacía en cuatro días si había festivos de por medio. En los ensayos las propias actrices, que conocían tan bien sus personajes, aportaban sus ideas sobre el guión pero una vez que se había llegado a un acuerdo, no se cambiaba una coma. Cada grabación era como una obra de teatro ante el público y no usaban pinganillo. 

Estelle Getty en "Un dia és un dia" de TVE Catalunya en 1990

Casas ya había recibido a una "Golden Girl" previamente, Estelle Getty, o sea, Sophia Petrillo. Fue en la versión catalana de "Un día es un día", en mayo de 1990, cuando la actriz que encarnaba a la gruñona sin filtros madre de Dorothy coincidió con el actor Andrés Pajares en los estudios de Sant Just Desvern. Estelle estuvo, cómo no, divertida, ingeniosa y se mostró sincera. Reconoció que se le había aparecido Dios con este personaje, uno de esos que se te cruzan de forma excepcional. Quiso dejar claro que a pesar de hacer de madre no era mucho mayor que Bea Arthur (su hija en la serie), de hecho, según los datos oficiales apenas tenía un año y un mes más que ella.  También confesó que lo primero que miraba al recibir el guión era si tenía poco texto. 

Casas y MacClanahan durante la entrevista. Foto de Carlos Cid para TVE.

El periodista aprovechó la charla con Rue, casi cuatro años más tarde, para indagar si ese punto era cierto o una "boutade" de Getty.  Efectivamente, Estelle tenía dificultades para recordar: "Ella quería siempre textos cortos y hasta lo imploraba porque si eran largos lo pasaba muy mal. Ahora está en otra serie con el mismo personaje, tiene una parte mínima y está encantada." Se refería a sus colaboraciones esporádicas en el spin-off "Nido vacío" que se mantuvo en antena hasta 1995. Casas también quiso confirmar lo de la mínima diferencia de edad entre el elenco y aseguraba que Estelle sólo le llevaba cuatro años a su hija en la ficción. Un dato que no cuadra con las fechas consultadas en distintas fuentes y que ya hemos comentado más arriba. Sospechoso. 

El presentador ahondó en la partida de Bea Arthur de la serie ante el desconcierto de las demás. Le recordó a su invitada que su compañera había declarado que "estaba harta de estas cuatro señoras atacadas de los nervios" a lo que Rue respondió riéndose. Àngel insistía: 

- Estaba cansada de la historia que estaba interpretando. 

- ¡Era mutuo! ¡No! ¡Esto es cosa mía, no, no lo he dicho olvídenlo! (mientras se pegaba en la mano). Bueno, ella quería irse a los tres o cuatro años así que cuando lo dejó, pensamos '¡Uf, ahora por fin es feliz!'.  

Podemos disfrutar de esta charla de unos veinte minutos en el Archivo de RTVE pinchando aquí. Desgraciadamente la entrevista a Estelle Getty en "Un dia és un dia" aún no está disponible en la web del Arxiu de RTVE Catalunya. Curiosamente, esta pequeña gran mujer volvió a un estudio de Televisión Española apenas un mes más tarde que su amiga Rue. Esta vez sería en Madrid, en "¿Qué apostamos?". Allí compartió sofá, además de con Ana Obregón, con Marianico el Corto, Esther Arroyo y Joaquín Cortés. Una fantasía. 

martes, 19 de marzo de 2024

Premio para Eva Veiga, pionera de TVG

Eva Veiga en 1988

El próximo sábado 23 de marzo la Academia Galega do Audiovisual entregará su premio de honor Fernando Rey a la periodista y presentadora Eva Veiga. La suya es una historia de compromiso con los medios públicos primero y de resiliencia y superación después. La institución ha destacado que este galardón se le otorga por "formar parte de una generación pionera que hizo posible una televisión pública comprometida con la información, la divulgación y la construcción de la identidad". Sin duda, Eva contribuyó durante esa etapa pionera de la Televisión de Galicia a ofrecer a un espectador ávido por encontrar contenidos propios y en gallego unos programas que dignificaban una cadena aún en pañales pero con grandes ilusiones. Ella forma parte de una generación que soñaba con una tele pública de calidad y ejemplifica a la perfección la idea de hacer una BBC a la gallega. 

Eva durante la primera emisión de TVG, el 24 de julio de 1985

En aquel 1985 en que la TVG estaba a punto de iniciar sus emisiones regulares Eva trabajaba en el histórico periódico coruñés "El Ideal Gallego". Una serie de casualidades la llevaron a los estudios de San Marcos (a las afueras de Santiago de Compostela) donde superaría todas las pruebas para convertirse en una de las integrantes del pequeño grupo de locutores pioneros. Allí estaban, además de Eva, Mon Santiso, Xosé Manuel Díaz Maseda (fallecido en 2020 en accidente de tráfico), Dolores Bouzón (primera cara del canal, fallecida en 2005 por un problema de salud), Pemón Bouzas y Xosé Ramón Gayoso (que sigue al frente del mítico "Luar"). El 24 de julio de 1985, día de la inauguración, fue Eva quien anunció la emisión del cortometraje "Mamasunción" de Chano Piñeiro ante un micrófono y con un simple fondo plano de color crema. También se ocupó del primer informativo junto a Santiso. 

Durante una entrevista a principios de los noventa

Los fundadores de TVG recibieron unas clases aceleradas de presentación de Blanca Álvarez, la segunda locutora de TVE que más adelante se convertiría en una directiva que también marcó un camino a seguir. En nuestra homenajeada encontró una alumna ideal: su voz dulce con una perfecta dicción y su belleza hacían de ella una gran candidata para ponerse ante las cámaras. Pero no eran sólo esas las características que la convertirían en un referente, poseía una elegancia natural que generaba admiración entre hombres y mujeres, su gallego era culto pero natural, nada impostado, y, ante todo, tenía una amplia cultura pero no era pedante. Esto demostraría ser muy importante para el futuro. Todo eso llamó la atención de sus "descubridores" televisivos pero podemos cambiar los tiempos verbales y aplicarlos en presente porque Eva sigue ostentando esos valores. 

Eva en el especial de Nochevieja "Benvido 88" grabado en el Hotel Finisterre de A Coruña

En esos años iniciáticos de la televisión autonómica gallega hizo de todo: informativos, locuciones, continuidad, magazines, musicales... hasta presentó, ya como estrella en todo regla, los especiales de Nochevieja "Benvido 88", "Benvido 89" y "Benvido 90", todos realizados nada menos que por Fernando Navarrete (también responsable de la realización de los programas de José María Íñigo "Estudio Abierto", "Directísimo", "Esta noche... Fiesta" y de los especiales en directo de fin de año de TVE de principios de los ochenta). 

Veiga entrevistando a Gabilondo en "Mesa reservada"

Sin embargo, el tipo de programa que más le interesaba como profesional se alejaba de los fastos del espectáculo. Tras una temporada en el magazine de mediodía "Entre nós" consigue acceder en 1988 al prime time de los miércoles con "Mesa reservada". En un señorial café conversaba con personajes de primerísimo orden procedentes de distintos ámbitos, tanto nacionales como gallegos. Sus presentaciones tendían a la poesía pero sus preguntas, si bien siempre eran amables, podían ser aceradas. Incisiva, crítica pero nunca agresiva. Conseguía crear una intimidad en sus conversaciones que hacía que el entrevistado se abriera y contara cosas que, quizás, no se había planteado previamente comentar ante las cámaras. 

"De perfil", entrevistas en profundidad en la TVG

La temporada siguiente pasaría a la medianoche con "De perfil", un espacio de entrevista monográfica en profundidad. Eva pudo charlar con escritores como Xosé Neira Vilas o José Ángel Valente de tú a tú, en un espacio intimista, sin público. Todo al servicio del entrevistado. Se estaba mostrando la profesional comprometida con la cultura y ya quedaba claro que había encontrado su camino. El público comenzaba a respetarla, estaba consiguiendo prestigio paso a paso. 

Presentando "Galicia no tempo" en 1991 junto a la capilla de la Corticela en Santiago

En 1991 se puso al frente, como directora y presentadora, de "Galicia no tempo", considerada la primera serie documental de TVG y, además, la producción más ambiciosa del canal. 35 millones de pesetas de presupuesto para diecisete capítulos de media hora sobre el arte gallego que consiguió  premios nacionales e, incluso, internacionales.  Después del gigantesco esfuerzo que supuso se encargó del espacio de reportajes "A conta atrás" en 1993. Desgraciadamente sería su último trabajo ante las cámaras. 

Eva a principios de los noventa

Mientras compaginaba su labor periodística con estudios de Dirección de Cine e Teatro le diagnostican una leucemia. Tuvo un trasplante de médula ósea y como consecuencia perdió prácticamente toda la visión. La enfermedad y sus consecuencias la obligan a abandonar su trabajo en televisión. Aquí comienza una nueva etapa vital y profesional. Retoma una pasión que se había iniciado en su niñez: la poesía. Desde entonces ha recibido importantes premios como el de la Crítica de Poesía Galega. Precisamente estos días está presentando la antología "Así vou eu, formando parte" sobre Luísa Villalta (la poeta a la que se dedicará este año el Día das Letras Galegas) que ha realizado junto a Pilar Pallarés.

Eva Veiga y Mon Santiso en el reencuentro en un plató de televisión en octubre del año pasado
 
El pasado mes de octubre fue invitada de "Xuntos en directo" en TVG donde se reencontró con su querido compañero Mon Santiso. Eva nos habló de esa pasión por la comunicación que descubrió en esa etapa tan ilusionante de los primeros años de una tele pública y del regalo que supuso para ella ponerse al frente de programas de entrevistas. "Es algo maravilloso porque desde el momento en el que se enciende la lucecita roja de la cámara quien está contigo para ser entrevistado se sitúa en otro espacio-tiempo y eso da una intensidad a la relación que no es posible de ninguna otra manera." Sobre las secuelas que le dejó la enfermedad y el trasplante nos contó que en ningún momento quiso darse por vencida: "La vida cuando te cierra una puerta te abre mil pero hay que querer abrirlas... y yo las abrí". 
Este sábado muchos aplaudiremos el reconocimiento que le otorga la Academia Galega do Audiovisual como representante de una forma de hacer la televisión que muchos echamos de menos: comprometida con la sociedad, responsable de sus contenidos e ilusionada por ofrecer contenidos de calidad que también pueden ser, ¡por qué no!, entretenidos. 

martes, 27 de febrero de 2024

Los concursos a estudio

Jordi Hurtado celebrando los 25 años de "Saber y ganar", el concurso más longevo de nuestra tele

Heredado de la radio, el concurso es un género que parece imprescindible en la televisión. Todos los canales generalistas del mundo, hasta los más modestos, tienen (o han tenido) alguno en su parrilla y España no es ajena a ello. Desde aquellos que paralizaban el país en los sesenta hasta los que hoy han añadido otros géneros a la fórmula inicial (como el espectáculo o el reality), el juego es un básico para los programadores. Pueden ser prácticos para rellenar franjas, ocupar el prime time a un precio más que ajustado y con una buena rentabilidad o bien convertirse en grandes formatos que exigen una enorme inversión en la que los anunciantes son parte fundamental. 

Miguel Herrero nos presenta en este su nuevo libro sobre la tele, un amplio recordatorio de los títulos más recordados y otros que, quizás, estén olvidados pero que fueron significativos en su momento. Una vez más, Diábolo Ediciones confía en él para ampliar su colección sobre la cultura pop en nuestro país. 

- ¿Por qué un libro sobre un género tan específico como los concursos?

Siempre me interesa tocar temas que no hayan sido tratados anteriormente en el mundo literario. De adolescente me hubiera encantado encontrar libros de este tipo al ir a las librerías. Siempre buscaba títulos sobre el mundo de la tele y pocas veces aparecían. El mundo de los concursos es muy atractivo porque es un género que permanece tan potente en la programación como desde los inicios de la televisión en España. Antiguamente había menos cantidad, pero el país entero se paralizaba por ver si el concursante se llevaba los grandes premios. En la actualidad varios concursos se alzan como los programas más vistos cada día. Pienso que sí merecía la pena recopilar tantos títulos del género en un mismo libro y comparar su estructura, temática y variedad.

Constantino Romero presentó "El tiempo es oro", uno de los concursos culturales de mayor éxito

- ¿Cuál fue tu criterio para la selección? Habrá gente que se sorprenda al ver que dedicas entradas a concursos quizás menores y otros más recordados aparezcan solo incluidos en apartados más amplios. 

Esa es una cuestión que me tuvo preocupado desde que pensé en dedicarle un libro. Y hubo cambios. En origen incluía incluso realities como "Gran hermano" o "Masterchef" o musicales como "Operación triunfo". No faltaba ni uno. Pero el espacio disponible, unas 300 páginas, siempre me hace restringir a más de la mitad todo lo que escribo. Por un lado, el lector se libra de encontrarse con un libro demasiado denso pero, por otro, hay espacios que merecen algo más de atención por permanecer en la memoria colectiva y otros, que por ser demasiado recientes, no creo que merezca la pena analizarlos demasiado. Así, muchos seguidores me pedían recordar algo más profundamente "A la caza del tesoro", "Destino Plutón" o "La noche de los castillos" pese a que no llegaran a triunfar en audiencias, mientras que concursos en emisión darían como para un libro entero, caso de "Saber y ganar". Un aspecto interesante en este tema es que hay concursos muy sencillos en su mecánica, que no daban para contar demasiado, y concursos muy enrevesados que llevaría mucho más espacio describirlos. Al final, un libro es subjetivo, al margen de que el escritor se empeñe en mantener cierta objetividad. Es una obra de entretenimiento y como tal hay que considerarlo. Sin mayor trascendencia.  

"Cifras y letras", un clásico de la TV francesa que TVE adaptó en los 90 con Elisenda Roca al frente y que ha regresado ahora a La 2 en una versión renovada

- ¿Qué tienen los concursos para ser un básico de la programación?

Los concursos son un género muy participativo. Aunque desde casa, habitualmente, no se gana dinero con ellos, permite jugar de manera única o con otros mientras comes, descansas o haces labores del hogar. Con ellos puedes demostrarte los conocimientos adquiridos, sin perjuicio de salir a la calle y que la gente te recrimine no saber el pico más alto o el año en que comenzó un conflicto bélico. El espectador se pone en lugar del concursante y llega a mimetizarse con él, comparándose en sabiduría. Descubrir que sabes más que el concursante elegido en plató sube la autoestima y desconocer muchas respuestas te relaja, sabiendo que no te juegas nada en el tema. Las parrillas de programación están llenas de ellos y es un género que mantiene una formidable salud. Ninguna cadena quiere prescindir de esas audiencias y del poder atractivo de la inclusión de un "nuevo concurso".

Joaquín Prat en la primera temporada de "Un millón para el mejor" en 1968

- Ha habido épocas, que además aparecen reflejadas en tu libro, de decadencia del género. ¿A qué se debe que el concurso tenga esos momentos de casi desaparición? ¿Es más una cuestión del público o del poco acierto de los programadores?

Durante los años 70 y gran parte de los 80 los concursos sufren una crisis de identidad. Los grandes formatos que paralizaron el país, como "Un millón para el mejor" o "La unión hace la fuerza" dejan paso a otros de apariencia más pobre, menos grandilocuencia en sus premios y cierta desgana en programar otros nuevos. De la mayor parte de los títulos de esas décadas la gente no reconocería ni uno. "De la A  a la Z", "Destino Argentina", "¿Pop qué?, "¿Conocemos España?" o "El juego de los errores" no han dejado huella en la memoria popular pese a que sólo había dos cadenas. Un caso único fue el de "Un, dos, tres", que se alzó como número 1 de la programación, pero muchas veces sólo existía él en ese campo o quien rivalizaba con la creación de Chicho estaba inevitablemente destinado al fracaso por su comparación. Muchos formatos no estuvieron acertados, pero también creo que el público se cansó de determinadas fórmulas que no variaban prácticamente nada semana a semana. Pregunta y respuesta. Los cambios sociales también afectaron a esa parte de la parrilla, que entroncaba en diversión con las grandes preocupaciones sociales y políticas.

Ana Obregón y Ramón García en "¿Qué apostamos?", un formato de gran presupuesto

- ¿Crees que es posible en el contexto actual el retorno de los grandes formatos de los 90?

La sociedad cambia continuamente y con ella, la televisión. Es cierto que muchos de los grandes programas que hemos conocido no pasarían el rasero de la audiencia porque uno de sus grandes secretos para triunfar estaba en el placer personal viéndolos, no compartiendo en redes sociales o con los móviles cada pequeño comentario o hecho que ocurriera en el mismo. La inmediatez de las redes imposibilita la tranquilidad y el sosiego que emanaba al disfrutar de espacios como "El gran juego de la oca", "¿Qué apostamos?" o "El semáforo". En su posible retorno hay mucho de nostalgia y poco de realidad. En cuanto comenzara la sintonía nuestra mente sólo buscaría la comparación. "Esto no era así", "ya no es como antes", "se ha quedado antiguo" estarían en la punta de la lengua desde el minuto 1. Cierto es que se ha adaptado muy bien el "Grand Prix del verano" y ha dado un magnífico resultado. En esa onda se podrían recuperar otros. Pero cuando se quiere innovar demasiado, como en el remake de "Juego de niños", más convertido en un show que en un concurso, o el precipitado "El precio justo" de Carlos Sobera, donde el concursante iba con la lengua fuera, la cosa decae rápidamente. Del "Un, dos, tres" que vimos en octubre quedaron claras algunas conclusiones. La principal, sólo hay que volver si se va a hacer a lo grande y bien.

Mayra Gómez Kemp en la tercera etapa de "Un, dos, tres", el concurso de concursos

- Aparte del "Un, dos, tres" (al que ya dedicaste un libro), ¿qué tres concursos destacarías de la historia de nuestra tele y por qué?

Elegir resulta complicado porque a muchos se les tiene cariño y el libro abarca varias decenas de ellos. Pero, por aportar tres buenos ejemplos, yo nombraría a "Cifras y letras" porque fue un juego tan sencillo como bien acabado. Respecto a la versión actual, la de los 90 tenía una gran clase en su decorado y ambientación musical. Elisenda Roca le dio un tono cordial que llena de buenos recuerdos mi memoria. "Waku waku" fue otra propuesta interesante, para familiarizarnos con el mundo animal y sentir respeto y admiración por la naturaleza. Jugando con el sentido del humor, con el toque benéfico y la simpatía de los famosos, la versión de Chicho para TVE fue un gran acierto. Y un tercero destacable sería "El precio justo" por dar la posibilidad de ser millonario al instante. Estar sentado en la grada y que unos minutos después tuvieras 300.000 euros sólo por acertar el precio de los productos fue una propuesta más que atractiva. Y si lo presentaba Joaquín Prat le añadía un plus por su sentido de humor y profesionalidad. Pero se quedan fuera grandes ejemplos del género, como "La ruleta de la suerte/fortuna" o "Pasapalabra". Y es que es necesario irnos ya ""A jugaaar!!!"

Portada del libro de Miguel Herrero



viernes, 16 de febrero de 2024

Los programas de mayor aceptación de 1986

Mari Carmen García Vela presentaba "Informe Semanal", el programa de producción propia más valorado por los espectadores en 1986 

Las audiencias televisivas son hoy de dominio público, las podemos ver a diario en diversas webs, se analizan en X (antes Twitter) en cuentas especializadas... en definitiva, ya no son un misterio. Pero no hace demasiado estos datos sólo estaban en manos de TVE y de las empresas publicitarias que, a su vez, los presentaban a los anunciantes para aconsejarles en qué franja ubicar sus spots o bien para justificar el alto coste de la emisión durante el intermedio de un programa que tenía 20 millones de espectadores (habéis leído bien, sí). El Anuario interno de RTVE de 1986 se convierte en un documento excepcional de una época previa a las cadenas privadas para conocer los gustos de los televidentes y también para saber cómo se medía la audiencia entonces. 

José Luis Moreno presentaba y dirigía "Entre amigos", el espectáculo semanal más valorado por la audiencia aquel año por encima del veterano "Un, dos, tres".

¿Cuáles fueron los espacios favoritos de los españoles aquel año? He aquí la lista con sus correspondientes notas porque, ojo, no había share, os lo explicaré enseguida pero por ahora quedaos con esta clasificación: "Norte y Sur" (8,33) "Informe Semanal" (8,23) "Dinastía" (8,15) "El hombre y la tierra" (8,13) "Entre amigos" (7,98) "Más vale prevenir" (7,97) "Los ricos también lloran" (7,96) "Un, dos, tres" (7,90) "La isla de Ellis" (7,90). Eso en cuanto a las emisiones diarias o semanales pero también había índices individuales destacados de las retransmisiones especiales: "Campeonato Mundial de Fútbol: España-Dinamarca" (18.06)- 9,1 " La comedia dramática española: Vaya par de gemelas" (30.10)- 9.1, Largometraje especial: "Lo que el viento se llevó" (27.06)- 9,   Sábado cine: "Espartaco" (29.03)- 8.6 , "Buenos días" (05.11)- 8,6 y (07.11)- 8,5  Sábado cine: "Los Santos inocentes" (03.05)- 8,5. En cuanto a los Informativos diarios, el índice medio se situó en 7,9. El mes mejor valorado fue noviembre con un 8,05 y el peor agosto con un 7,80.

Ramón Sánchez Ocaña y su "Más vale prevenir" ocupaba siempre un lugar privilegiado en esta lista

Estos datos, insisto, no corresponden al share ni a los millones de espectadores. El estudio anual pretendía "averiguar cómo valoran los espectadores la programación. Se obtienen dos tipos de de valoración: la Aceptación de los Programas (es decir, cuánto gustan estos) y el Interés de los Informativos (es decir, qué tal informan los telediarios)" según se explica en el propio Anuario. En 1986 sólo existían dos canales nacionales: TVE1 y TVE2. Cataluña, Galicia y País Vasco tenían sus propias televisiones autonómicas, las tres todavía en pañales. La audiencia, por tanto, estaba asegurada así que lo importante era poner nota a lo que se veía a través de una macroencuesta. "Los cuestionarios con la programación de las dos cadenas se envían todas las semanas por correo a una muestra representativa por cuotas de la población mayor de 15 años residente en territorio español, excepto Canarias. Los componentes del Panel permanecen en la muestra un tiempo máximo de un año, al cabo del cual son sustituidos por otros individuos de las mismas características. Para evitar el sesgo que puede producir una sustitución masiva de panelistas, se busca que la renovación de la muestra se efectúe gradualmente, por lo que todas las semanas se realizan renovaciones parciales."

"Norte y Sur", un exitazo global que también llegó a España

Entre los más valorados tenemos un informativo aún en antena ("Informe Semanal" que el año pasado celebró su 50º aniversario), tres series norteamericanas, un documental sobre naturaleza, un culebrón mexicano, un divulgativo sobre salud, un musical, el concurso de concursos... en fin, un poco de todo. Vamos a detenernos en dos ficciones. El primer puesto era para "Norte y Sur", una superproducción de la ABC en 1985 basada en un libro superventas de John Jakes. Inicialmente tuvo 24 episodios pero en 1993 se realizó una tercera temporada (que no llegó a la misma popularidad). Contaba la historia de dos familias, los Hazard de Pensilvania y los Main de Carolina del Sur. George y Orry, hijos respectivos de las dos sagas, se hacen amigos inseparables durante su formación militar en West Point y luchan en la guerra contra México por la propiedad de Texas pero después llega la Guerra de Secesión en su propio país y ambos defenderán posturas antagónicas. Si eso fuera poco Orry Main (Patrick Swayze) quería casarse con su vecina Lesley-Ann Down pero era obligada a casarse con el terrateniente Justin LaMotte (David Carradine). La serie contaba con una cuidada ambientación, miles de extras, escenas de batalla bien dirigidas, grandes bailes en suntuosos salones de baile y un reparto espectacular que, además de los nuevos valores, recuperaba a grandes estrellas del Hollywood dorado como Elizabeth Taylor, Olivia de Havilland, Jean Simmons, Gene Kelly, Robert Mitchum y hasta una estrella de la música como Johnny Cash. 

"Dinastía", culebrón de gran presupuesto lleno de peleas femeninas

"Dinastía" era otra producción de la ABC que se había estrenado en EEUU en 1981 y llegó a nuestro país un par de años más tarde así que ya era una veterana de la programación. El tercer puesto en esta lista confirmaba su aceptación por parte de los españoles. Los vaivenes empresariales y amorosos del multimillonario Blake Carrington (John Forsythe) tenían en vilo a medio mundo pero lo que más molaba era la guerra abierta entre su ex mujer Alexis (Joan Collins) y su actual esposa (ex secretaria) Linda Evans. Como los directores lo sabían las escenas de lucha física entre ambos comenzaron a hacerse tan habituales como las dialécticas (con sonoras réplicas). Dale al pueblo lo que pide... 

Mayra Gómez Kemp con dos de sus azafatas en el "Un, dos, tres" dedicado al Romanticismo en 1986

Esta lista nos deja varios datos interesantes: las grandes series norteamericanas seguían siendo un baluarte de la programación pero no perdamos de vista que este fue el año del despunte de los culebrones sudamericanos que llegaría al paroximos unos años después con "Cristal". Los clásicos como "Informe Semanal", "Un, dos, tres" o "Más vale prevenir" eran apuesta segura y hasta la reposición de "El hombre y la tierra" confirmaba el gusto por los productos patrios de excelente factura, aunque fueran repetidos. El fútbol era un evento que arrastraba a las masas... como también lo eran Lina Morgan o la emisión especial de "Lo que el viento se llevó". Un dato más: el inicio de la programación matinal había suscitado un enorme interés y ya no habría vuelta atrás, "Buenos días" obtenía dos notas excelentes diez meses después de su puesta en marcha.